El pobre oso César está pachucho... transfórmate en un auténtico veterinario y auscúltalo para cuidar a tu oso favorito. ¿Acaso necesita una tablilla o escayola para alguna de sus patitas? ¿Ya le has tomado la temperatura para descartar que tenga fiebre? ¿También le has dado el jarabe mágico? Cuando ya lo hayas tratado y lo hayas curado, lo puedes mandar a descansar en su casita, ¡que es muy práctica! La puedes llevar donde quieras para poder vigilar mejor su salud y evitar que vuelva a enfermar. Y si enferma... ¡ya sabes como curarlo!