¿Qué juguetes y juegos elegir para niños con autismo?

No es necesario insistir en que el juego y los juguetes son indispensables para el adecuado desarrollo cognitivo y emocional de niños y niñas y, en el caso de quienes presentan algún trastorno del espectro autista no es distinto. Sin embargo, el hecho de que durante el juego parte del aprendizaje se desarrolle en el contexto del intercambio y relación con los otros, supone una limitación o dificultad para los niños y niñas autistas. 

Como los Trastornos del Espectro Autista muestran muchas particularidades y poseen un rango amplio de variantes,  lo más recomendable siempre es elegir materiales, juguetes y juegos que vayan de la mano del trabajo terapéutico y de apoyo que acompaña al peque, para así garantizar que se ajusten a su propio desarrollo, sus debilidades, sus fortalezas y sus intereses.

Más allá de esa especificidad, que por otra parte no difiere mucho de la que haríamos con niñxs sin ninguna necesidad especial, hay juegos que destacan por ser útiles y especialmente diseñados para cubrir esas dificultades añadidas que supone el TEA,  ya sea porque fomentan la integración o porque resultan particularmente atractivas y divertidas, que si hablamos de juego, no se nos olvide ¡tiene que ser divertido!

Los juegos sensoriales son particularmente útiles en niños y niñas con TEA, ya sea por su hiposensibilidad o hipersensibilidad, deberemos adecuar la elección. Sin embargo, los juegos como botellas sensoriales suelen ofrecer una actividad estimulante y a la vez relajante. Las Calm-Bottle con líquidos de colores y bolas en su interior que caen lentamente llaman la atención y gustan. La arena kinética ofrece texturas agradables y favorece el trabajo de las manos y dedos además de ser polivalente por su capacidad moldeadora. Igualmente la cera de abeja para modelar que se hace maleable con el calor de las manos puede ser una alternativa a la plastilina convencional pues requiere un ritual previo de reblandecimiento de la cera antes de poder trabajarla.

Sonajeros como el de Médula de Junco cuyo sonido es dulce y nada estridente, es un recurso útil para captar la atención y la mirada. Otro material maravilloso es crearles un cofre o "cesto de tesoros" que integre piezas de madera con formas diferentes, así como materiales distintos y diversos (corcho, cortezas, hojas, piñas de pino, trozos de telas diferentes). El contacto a través de mano y rostro es también una maravillosa propuesta para desarrollar su sentido del tacto y favorecer la estimulación sensorial que pueda establecer un puente con lo que le rodea.

Entre los juegos sensoriales, no debemos dejar de lado los instrumentos musicales como un xilófono o un reclamo tipo flauta dulce, son siempre una buena alternativa de regalo, recordando adecuar la elección a la edad, sus intereses haciendo prevalecer la seguridad del peque por el tamaño de las piezas o el material con el que está fabricado.

El juego simbólico y el juego funcional aunque comparten elementos tienen una diferencia muy importante que tiene que ver con la esfera imaginativa. En el juego funcional se emplean los materiales y elementos de modo afín a su funcionalidad por lo que el "como si" característico del juego simbólico puede generar confusiones importantes que debemos discriminar. 

Si un niño o niña juega con una taza y un tetera haciendo que sirve un te y se lo bebe, los elementos implicados están cumpliendo su función: la tetera lleva te y se emplea para servir luego en una taza de la que se bebe. Esto es un juego funcional, los objetos cumplen estrictamente la función que se les atribuye y la imaginación está limitada. Sin embargo, si encontramos a un niño o niña, con unos bloques haciendo de taza y otro más grande, de tetera, hablaríamos de la presencia de juego simbólico, pues quien juega está siendo capaz de representar mentalmente un objeto y atribuirle funciones de otro implicando procesos cognitivos más complejos y creativos. 

Tanto el juego funcional como el simbólico son importantes en el desarrollo de los y las niñas con TEA. El juego funciona permite desarrollar destrezas motoras, coordinación y comunicación emocional, así como la comprensión de la utilidad de los objetos en la vida cotidiana. No perdamos de vista que el juego es también un escenario, un lugar potentísimo para la interrelación y, que es precisamente en esto donde el niño autista muestra mayor debilidad. Comenzar con un juego funcional que, en un principio se valga de la imitación solamente, no supone que no evolucionará en algún momento a un juego simbólico o que es menos importante que el segundo. De este modo, todo el material que permita la simulación funcional (cocinitas, comidas para cortar, planchas, muñecas, herramientas, juegos de enhebrar o de coser, etc) serán juegos con un alto potencial didáctico y educativo en niños con Trastorno del Espectro Autista, en tanto serán útiles para desarrollar otras habilidades (motoras y del lenguaje) mientras sienta las bases de un juego más complejo y relacional posterior.

Los juegos de construcción con bloques, ayudan en la coordinación y la motricidad, tanto gruesa como fina. Los juegos con piezas como las clásicas arquitecturas de madera, fomentan el desarrollo cognitivo en niños y niñas con TEA de una manera óptima, pues adquieren habilidades matemáticas específicas de forma manipulativa, y aprenden conceptos de geometría, tamaño y equilibrio. Los juegos de bloques permiten también la clasificación y creación de series numéricas y/o patrones que suelen ser de su interés.

Por otra parte, los juegos con bloques potencian la anticipación y la planificación, así como las habilidades de resolución de problemas y el juego de ensayo y error. La piezas de madera, además permiten el estímulo sensorial de un material extraordinariamente sensitivo (texturas, pesos, olor, temperatura). El juego de construcción con bloques, si se hace en compañía, favorece la cooperación y el trabajo en equipo lo que a su vez, redunda en la posibilidad de fortalecer la esfera social y el lenguaje. 

Por último, los juegos con bloques de madera también suponen un fortalecimiento intuitivo del aprendizaje matemático. Al manipular las estructuras que van construyendo no sólo desafían el equilibrio sino que trabajan manipulativamente la simetría y las equivalencias. Aprenden de manera natural la correspondencia de valores (alcanzar la misma medida de altura combinando formas y dimensiones diferentes, por ejemplo). Los bloques de madera son lecciones de física intuitivas: peso, gravedad, causa-efecto, estabilidad y balance, son conceptos que aprenderá mientras juega en libertad.  Y que luego se convertirán en la base de conocimientos matemáticos más complejos.

No podemos olvidar en nuestra selección de juegos y juguetes aquellos juegos dirigidos a favorecer el reconocimiento de las emociones y sentimientos. Materiales que les permitan conectar expresiones con estados de ánimo y que al mismo tiempo favorezcan la posibilidad de entender, a través de imágenes, contextos sociales y conectarlos con sentimientos. No podemos ser empáticos si no somos capaces de reconocer las emociones de los otros. El apoyo visual es básico en el trabajo con niños autistas. Por lo que pensar en cadenas de acontecimientos que conectan una situación concreta con un estado emocional visualmente, a través de una Flashcard, por ejemplo, es maravilloso. En este sentido, el juego de cartas de Eeboo Escuché tus sentimientos, en el que tras visualizar una imagen situacional, podemos conversar sobre cómo vemos que se siente el personaje e incluso llegar a pensar en cómo nos sentiríamos en una situación similar son de gran apoyo y utilidad. Igualmente los juegos magnéticos en los que construimos caras (que expresan diferentes emociones) colocando las partes del rostro, son juegos recomendados.

Por otro lado, los juegos de memoria en el que el objetivo es asociar pares de caras con emociones como el Memo de Emociones de Plantoys, o el famosísimo Construye tu robot, también de Plantoys en el que mientras monta un robot (enroscando y encajando a presión las piezas) y fortalecen la motricidad, eligen también una cabeza con una expresión asociada a una emoción, un color y una textura. Ambos juegos han sido reconocidos por Instituciones y Fundaciones especializadas en TEA por su aporte y valor como juguete educativo para niños con autismo.

El juego es la vía privilegiada para acompañar el crecimiento y desarrollo cognitivo de niños y niñas. Aún cuando los niños y niñas autistas tienen necesidades especiales y sus intereses en principio, parecen ser limitados por tender a juegos y acciones más bien repetitivas y solitarias, eso no impide que podamos trabajar junto a ellos con materiales que les permitan desarrollarse dentro de su esquema de rutina, ampliando cada vez más sus horizontes e intereses por lo que le rodea.

¡Hasta la próxima familias! Esperamos que esta información les haya sido útil y que os sirva para compartir con personas a las que pueda interesar.