5 Actividades en familia para preservar el asombro
Jugando aprendo
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¿Cómo ayudar a tus peques a conservar su capacidad de asombro?
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En nuestro post anterior les comentaba que el asombro tiene una dimensión afectiva. En este espectro vincular se hace fundamental el compromiso de los adultos acompañantes por favorecer el asombro. Y es que si queremos protegerlo y propiciarlo, es indispensable generar un ambiente de complicidad y una actitud empática con los niños en aquello que suscita su atención y curiosidad. En eso que les maravilla. No olvidemos que el mundo es para ellos un lugar donde todo ocurre por primera vez.
La educación en el asombro, como metodología, busca estimular la curiosidad y la creatividad en los niños a través de experiencias que les permitan descubrir el mundo que les rodea. Son acciones simples pero en en las que aguardan preguntas, enigmas y mundos por descubrir.
Tengamos en cuenta que los niños tienen una capacidad natural de asombro y curiosidad y que a medida que crecen y se vuelven más conscientes de las expectativas y presiones de su entorno, pueden comenzar a limitar su capacidad de asombrarse y cuestionar lo que los rodea. Por eso es fundamental que el ambiente en el cole y casa intenten preservar el asombro.
A continuación, te dejo algunas actividades sencillas y cotidianas que pueden fomentar esta forma de educación: -
El asombro es por definición espontáneo y libre. Pero al mismo tiempo, requiere tiempo, porque se sucede como una experiencia sensorial. Y es precisamente este mundo ajetreado y vertiginoso el principal obstáculo.
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La intención de este post es compartir con vosotros 5 actividades sencillas con las que ayudar a preservar y estimular el asombro en nuestros peques.
1.- Observación de la naturaleza: Llevar a los niños a un parque o jardín y pedirles que observen las plantas, los animales y los insectos. Es importante que se les permita explorar por sí mismos y hacer preguntas. Los niños que experimentan el asombro ante el mundo que les rodea tienen más interés por aprender y se sienten motivados a explorar y descubrir nuevas cosas.
No olvides tener a mano lupas, observatorios de insectos e incluso un Hotel de bichos en tu terraza será una experiencia maravillosa y útil para despertar su curiosidad. -
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2.- Experimentos científicos: Realizar experimentos sencillos en casa o en el aula, donde los niños puedan hacer predicciones y observar los resultados, les permitirá comprender conceptos científicos de una manera más visual y práctica.
Desde experimentos caseros como germinación de lentejas, sembrar semillas o cocinar y observar cómo la levadura hace crecer una masa ¡Todo puede ser un escenario de experimentación! Cuando algo nos sorprende o nos impresiona, estamos más dispuestos a recordarlo y a querer profundizar en ello.
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3.- Visitas a museos y exposiciones: Los museos son una excelente oportunidad para que los niños descubran nuevas culturas, tecnologías e ideas. También es una forma de fomentar su interés por la historia, la cultura propia y de allende los mares y la ciencia. No hay que hacer visitas maratonianos, podemos elegir sólo una sala de un museo y permitirles ver de cerca los cuadros, dibujarlos o pedirles que se imaginen lo que piensan los personajes que lo componen. Los museos de ciencias y los planetarios suelen llamar mucho su atención, entre otras cosa, la mayoría de ellos están pensados para ser visitados por niños y niñas y cuentan con información adaptada o incluso visitas guiadas diseñadas para familias.
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4.- Juegos creativos: Los juegos libres permiten el despliegue de la creatividad. Ya sea dibujando, pintando o escribiendo. Bailando o haciendo música con algún instrumento, todas son excelentes formas de fomentar la imaginación y el pensamiento crítico. Pero además, el juego libre e imaginativo creando mini-mundos con piezas sueltas o los juegos con disfraces y de imitación, fomentan la creación y recreación de escenarios y mundos posibles, la puesta en acto de roles y el despliegue de nuestras habilidades sociales.
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5.- Lectura de cuentos y fábulas: Leer cuentos y fábulas es una excelente forma de fomentar la imaginación y el pensamiento crítico en los niños. Los cuentos les permiten vivir otras vidas, empatizar con los personajes, elaborar situaciones personales con la proyección de sus emociones, resolver conflictos, aprender valores y entender las relaciones sociales.
No existe duda de que la educación es una herramienta fundamental en la formación de los niños. Sin embargo, muchas veces nos centramos en el aprendizaje de conceptos y habilidades prácticas, sin prestar demasiada atención a otro aspecto crucial en el desarrollo de los más pequeños: el asombro.
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La educación en el asombro es una excelente forma de fomentar la curiosidad y el pensamiento crítico en los niños y para garantizar que la habilidad de maravillarse no se pierda a medida que crecen, es importante permitirles explorar y hacer preguntas, así como proporcionarles experiencias que les permitan descubrirse por sí mismos y el mundo que les rodea.
¡Hasta la próxima, familias!