Los puzzles y sus bondades
Jugando aprendo
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5 razones para jugar con puzzles
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Hacer puzzles me encantaba de pequeña. Los hacíamos en familia. Aún recuerdo mi favorito, ese que hacía una y otra vez, recuerdo que tenía 100 piezas, por lo que yo rondaría los 6 años, recuerdo también que tenía una ilustración preciosa de una jungla con muchos animales. Escribo este post y su imagen me viene a la cabeza: sus colores y el lugar de la casa en el que solía sentarme a hacerlo.No soy de las que cree que los puzzles gustan a todxs lxs niñxs del mundo mundial, pero sí de las que los considera una oportunidad estupenda y única para crear y fortalecer el vínculo entre padres/madres e hijxs, entre hermanxs y ¡claro! también un momento de encuentro tranquilo con uno mismo.
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Más allá de las preferencias, número de piezas, forma de las piezas, materiales y hasta su tamaño, los rompecabezas están llenos de bondades psicológicas y cognitivas que quiero compartir aquí con ustedes. Ya sé que el verano es más una estación de juego exterior. De agua, campo y bosque. No obstante tras la vorágine y actividades varias a las que la playa o la montaña invitan, siempre debemos llegar a un momento de "stop". De pararnos porque hay que preparar la cena, porque hay que relajarse y porque los juegos tranquilos también pueden disfrutarse tras una jornada agotadora de arena y mar. Así que démosle una oportunidad y probemos a llevarnos alguno en la maleta. Será un momento que los cuerpos (los de todxs) agradecerán.
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Les amenazaba en el dubtítulo con hablarles de las 5 razones por las que jugar con puzzles debiera estar entre nuestras alternativas lúdicas para niños y niñas. Pues vamos allá, que el tiempo es oro y seguro que mientras lees esto se te ocurren muchas cosas que hacer con la bicicleta, el cubo y la pala o el patinete.
- Les hemos dicho antes que los puzzles son una oportunidad estupenda para encontrarse en familia, juntos, en un trabajo cooperativo. Y es que nos permiten afianzar nuestros vínculos como familia, ofreciendo momentos singulares y serenos para dar pie a conversaciones sobre cómo estuvo el día, lo que nos gustó de la tarde de playa o contar alguna historia sobre los dibujos que encontramos en la imagen que vamos formando. Es por ello que los puzzles son una herramiento estupenda para desarrollar nuestras destrezas sociales, los roles y el lenguaje.
- Es evidente a la primera que los puzzles y rompecabezas poseen un gran potencial para desarrollar la coordinación ojo mano. La pinza, la motricidad fina se ejercita no sólo al memomento de coger las piezas sino también en el proceso del encaje de unas a otras.
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- Pero más allá de las habilidades motrices, los puzzles también fortalecen la memoria y la agudeza visual, pues al quedarse con los detalles y recordar la imagen del todo formada, podrán reconocer el orden, lugar y por supuesto, las piezas adecuadas para poder juntarlas.
- Jugar con rompecabezas contribuye también a desarrollar el pensamiento lógico y las destrezas espaciales. Y estas habilidades permitirán desarrollar a posteriori capacidades necesarias para el pensamiento matemático. Las relaciones espaciales en realidad reumen nuestra capacidad para pensar en imágenes y en tres dimensiones.
¿Cómo así? pues que en realidad cuando hacemos un puzzle estamos creando previamente el mapa mental de un todo para luego ser capaces de reconstruirlo a partir de trozos, lo que, en efecto, implica un regio proceso cognitivo de abstracción para el que los puzzles ayudan de forma privilegiada. -
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- Por último, pero no por ello menos importante, los puzzles contribuyen a reforzar la concentración, la paciencia y el autocontrol, la tolerancia a la frustración así como la capacidad de anticipación y reflexión.
¡Hasta la próxima!